sábado, 2 de mayo de 2009

Una escuela nunca duerme

Mi escuela me habló de nuevo y para despedirse me dijo “Espero que esos nuevos maestros y maestras vengan pronto y me den la mano, porque amigos amigas, darle una mano y ayudar a la escuela significa aportar elementos para re-significarla o despertarla del sueño en el que a veces se encuentra. Una escuela dormida no puede ser socialmente útil ni institucionalmente significativa... y cerró los ojos y me dijo...No. No estoy soñando. Una escuela nunca duerme...

Juan Torres Guerrero